viernes, 21 de diciembre de 2007

recuerdos de alemania


de vuelta en chile, hace más de un mes. envuelta en esta ciudad que amo. fui a europa. fui a una parte de europa. y me quedo con chile, absolutamente. es cierto que allá es todo tan organizado. es cierto que da gusto caminar y caminar, con una luminosidad distinta, con tardes que parecen mañanas y viceversa. y ese mismo trastorno climático, me hizo repetir situaciones de este año bestial que está terminando ya. y cuando se me revolvían las luces, los atardeceres a las cinco de la tarde, el frío horrible tipo agosto que se sufre en este lado del planeta, de verdad se me venía el fantasma de lo vivido acá. pero luego pensaba en chile, en santiago cubierto de smog y con su sol de noviembre y volvía. volvía a sentir que ya había pasado, que ahora debía recomenzar.
el objetivo de mi viaje se cumplió. las performances en berlín, leipzig y hamburg me dejaron satisfecha. y por otra parte, el viaje dejó una huella profunda en mí, en mi manera de ver las cosas cotidianas. no me separé un segundo de chile. varios de mis amigos me pidieron que me desconectara de santiago, de la patria, pero no pude. sin embargo este no poder, fue consciente y voluntario, porque así lo quise. me sentí más unida a chile que nunca. y eso que había temido no querer regresar. y eso que me fui con un pie en el umbral de mi enfermedad del ánimo, esa que no me deja y persiste con su sombra en los rincones de mí misma.
fue tan bello el viaje. junto a héctor caminamos mucho, conversamos, nos reímos tanto. éramos los dos pelusas chilenos, de la misma manera que nos comportábamos cuando recién lo conocí. este viaje nos acercó mucho más. incluso podría decir que superamos cualquier amistad que se cuenta con años y meses y días. podría incluso decir que desde este viaje nuestra amistad ya no es la misma, es puro amor. nunca me dejó sola. yo tampoco lo dejé a él. y no fue porque no había nadie más con quien salir o juntarse, ésa también fue una desición. comiendo pasteles por la calle, hablando a puros garabatos y riéndonos hasta pensar que estábamos tan felices, tan bien juntos. o cuando discutíamos por algo tonto, cuando comprábamos cosas juntos, conversando en el tren desde hamburg a heidelberg, durmiendo juntos en heidelberg, viendo películas soft porn, bueno, más porn que soft, por la tv abierta, puras imágenes, y de soundtrack los doblajes al alemán. en ese momento era cuando más me reía de la misoginia de héctor, o comentábamos las poses, los gemidos, los cuerpos europeos. o cuando nos desorientamos, según héctor, porque yo me sentía perdida, en hamburg y caminábamos sin rumbo hacia el mar luego hacia el centro y ya no dábamos más de cansancio. o cuando la noche en hamburg nos llevó de bar en bar, pasando por el de nuestra amiga la trans, que en su wurlitzer tenía a myriam hernández y con héctor cantábamos el hombre que yo amo, pasando por la vieja zorra de los golpeaditos de vodka con jugo seco a un euro, hasta terminar en un bar tipo disco bailando the cardigans y the breeders junto a nuestro anfitrión, paul hoffman, el único alemán que se atrevió con nosotros. o cuando en un atardecer en heidelberg vimos la ceremonia de unos niños que caminaban con unas lamparitas de papel con una vela dentro. y cantaban canciones que no entendíamos, pero también fuimos parte de esos niños, porque quizás éramos nosotros mismos.
me siento mejor ya. ya no estoy en la enfermedad. me traje bellos recuerdos de lalo barrubia cantando en su performance, de jessica freudenthal con sus poemas chinescos, de paúl puma con su pato donald con sida, de rike bolte caminando furibunda por leipzig después de discutir con timo, con el cabello rojo hirviendo de rabia, del mismo timo berger tomando fotografías y diciéndo che loco, a la usanza argentina, de angelica freitas leyendo dulcemente su poema rilke shake, de ricardo domeneck cuando me preguntó si tenía novio y le dije que sí, de carsten con su té con sabor a frutos del bosque, del busesito hippie, del castillo en postdam, de los cisnes, de una niña caminando junto a su padre por la calle y con una hoja gigante de un árbol alemán en pleno otoño...
beautiful memories. sólo eso se me ocurre, sólo eso podría decir. o quizás agregar la alegría que sentí cuando pisamos tierra chilena, porque los vería a todos mis amigos, porque felipe me estaba esperando, porque con mi familia nos mandábamos mails hermosos, porque me extrañaba mi hermana, porque acá en santiago se pasa mejor.
***
(elegí la fotografía de la dietrich porque así me sentí cuando regresé.
liberada. bella.
pero aún con un hálito de fatalidad, que nunca falta, que siempre sobra para la diva dramática que llevo dentro, esa que de pronto aparece, pero que no soy yo.
el punctum está en su mano enguantada, la misma que tomé de referencia para mi performance en berlin, con los guantes negros enfundando los brazos, con el corsé morado, del mismo color con el que desde acá partió mi corazón ).
***
fotografías de germany en: http://www.flickr.com/photos/poses

viernes, 19 de octubre de 2007

germany


me invitaron. me voy. voy con mi querido héctor. qué afortunados. en dos semanas más estaré leyendo en berlín. insólito. me siento mejor. insólito. quiero hacer una fiesta de despedida y se llamará: good bye santiago, hello berlín!
inscríbanse.
visiten el blog: http://www.latinale.de/
les cuento qué otras cosas ocurrirán allá:
Berlín 27.10.2007

Taller de traducción
Lugar: Lateinamerika-Institut der Freien Universität zu Berlin


Colonia 30.10.2007, 19:30 h


El paso de Hölderlin por Los Andes

Lectura: Miguel Ildefonso, Andrea Cote Botero, Damián Ríos
Performances: Lalo Barbulla y Héctor Hernández Montecinos
Moderación: Rike Bolte y Timo Berger

Hölderlin avanza a trompicones por Los Andes en la búsqueda de nuevas mitologías... ¿Por qué no llamar también a María, en los vestigios de las huellas que ha dejado la violencia en Colombia, y así permitir que el texto se vuelvo cuerpo y el cuerpo texto?
La poesía más reciente de Ecuador, Colombia, Brasil, Chile o Argentina da cuenta de lo olvidado y lo visualiza, pone su mirada en lo grotesco, en las contraimágenes, valiéndose incluso de recursos formales que entroncan con la tradición medieval.
En la búsqueda de los intersticios, de lo híbrido, de la topografía latinoamericana, del orden genérico, de las literaturas generacionales se llega a expresiones queer, a manifestaciones clásicas, a la rutina hecha añicos, a versos que suenan, en los que rabia el limo neobarroco.
Las traducciones simultáneas estarán a cargo de los poetas Adrian Kasnitz y Achim Wagner.
Lugar: Literaturhaus de Colonia, Schönhauser Str. 8, 50698 Colonia
Entrada: € 7 / 5 / 4
Tel. 0221 / 99 55 58 – 0


Berlín 01.11. 2007, 19:00 h

Poesía-añicos y sonidos híbridos

Lectura: Amaranta Caballero Prado, Jessica Freudenthal, Miguel Ildefonso, Damián Ríos
Performances: Lalo Barrubia y Héctor Hernández Montecinos
Moderación: Jenny Haase (HU Berlín)

¿Realismo sucio o limo neobarroco? ¿Elegías para disfrutar comiendo palomitas o más bien conversaciones con José María Arguedas? ¿Qué es lo que caracteriza a la literatura de América Latina después de su vanguardia histórica y del boom? La nueva poesía de Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay analiza los lugares híbridos de la topografía latinoamericana, del orden genérico, de las literaturas generacionales; y logra expresiones textuales que adquieren ya sea formas inesperadas o tradicionales, componiendo en verso lo que la cotidianeidad ha desfigurado. Los poemas hablarán pues de la periferia del Río de la Plata, de las alturas vaporosas de los Andes o de las metrópolis vibrantes del Brasil. Poesía-añicos y sonidos híbridos en Berlín.


Poesía hecha añicos por unir, en Berlín.
Lugar: Instituto Cervantes, Rosenstr. 18-19, 10178 Berlín
Entrada: € 5 / 3
Reservas: 030 / 25 76 18 -34



Berlín 02.11. 2007, 19:00 h

Lengua de puma y resonancias marianas

Lectura: Carlito Azevedo, Andrea Cote Botero, Angélica Freitas, Paúl Puma
Performances: Paula Ilabaca y Washington Cucurto
Moderación: Dieter Ingenschay

¿Por qué no invocar a los cronistas del desaparecido Nuevo Mundo, a Guaman Poma de Ayala o a María; por qué no cifrar el cosmos, por qué no demarcar las huellas de la violencia, y permitir que el texto se vuelva cuerpo y el cuerpo texto?
La poesía más actual de Ecuador, Colombia, Brasil, Chile o Argentina da cuenta de lo olvidado y lo visualiza, pone su mirada en lo grotesco, en las contraimágenes, valiéndose incluso de recursos formales que entroncan con la tradición medieval.
Mientras que en el Río de la Plata la copla medieval se fusiona con el slang del crisol de razas, en Santiago de Chile se multiplican versos hipnóticos con referencias mitológicas y musicales. Lenguas latinoamericanas, de visita en Alemania.

Lugar: Instituto Cervantes, Rosenstr. 18-19,10178 Berlín
Entrada: € 5 / 3
Reservas: Tel. 030 / 25 76 18 -26


Potsdam 03.11.2007, 20:00 h

Poesía-añicos y sonidos híbridos

Lectura: Carlito Azevedo, Amaranta Caballero Prado, Jessica Freudenthal Ovando, Miguel Ildefonso, Damián Ríos
Performances: Lalo Barrubia
Moderación: Julian Drews (Literaturnacht e.V.)


¿Realismo sucio o limo neobarroco? ¿Elegías para disfrutar comiendo palomitas o más bien conversaciones con José María Arguedas? ¿Qué es lo que caracteriza a la literatura de América Latina después de su vanguardia histórica y del boom? La nueva poesía de Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Uruguay analiza los lugares híbridos de la topografía latinoamericana, del orden genérico, de las literaturas generacionales; y logra expresiones textuales que adquieren ya sea formas inesperadas o tradicionales, componiendo en verso lo que la cotidianeidad ha desfigurado. Los poemas hablarán pues de la periferia del Río de la Plata, de las alturas vaporosas de los Andes o de las metrópolis vibrantes del Brasil. Poesía-añicos y sonidos híbridos en Berlín.

Lugar: KuZe - studentisches Kulturzentrum PotsdamHermann-Elflein-Straße 10, 14467 Potsdam
Entrada: € 3
Contacto: Tel. 0177/ 5574857



Berlín 03.11.2007, 22:30 h

La Regla-Party
Lugar : Schiff MS Hoppetosse, Eichenstr. 4, Berlín-Treptow
Entrada: € 6



Leipzig 05.11.2007, 20:00 h

Lengua de puma y resonancias marianas

Lectura: Angélica Freitas, Héctor Hernández Montecinos, Paúl Puma
Performances: Paula Ilabaca y Washington Cucurto
Moderación: Carsten Sinner (IALT, Universität Leipzig)

¿Por qué no invocar a los cronistas del desaparecido Nuevo Mundo, a Guaman Poma de Ayala o a María; por qué no cifrar el cosmos, por qué no demarcar las huellas de la violencia, y permitir que el texto se vuelva cuerpo y el cuerpo texto?
La poesía más actual de Ecuador, Colombia, Brasil, Chile o Argentina da cuenta de lo olvidado y lo visualiza, pone su mirada en lo grotesco, en las contraimágenes, valiéndose incluso de recursos formales que entroncan con la tradición medieval.
Mientras que en el Río de la Plata la copla medieval se fusiona con el slang del crisol de razas, en Santiago de Chile se multiplican versos hipnóticos con referencias mitológicas y musicales. Lenguas latinoamericanas, de visita en Alemania.

Lugar: Haus des Buches - Literaturhaus Leipzig, Gerichtsweg 28, 04103 Leipzig
Entrada libre


Leipzig 6.11.2007


Taller de escritura con estudiantes del Deutschen Literaturinstituts e invitados de la Latinale

Lugar: Deutsches Literaturinstitut Leipzig
Número de participantes limitado



Berlín 06.11.2007, 19:00 h

Instrucción de lavado y palimpsesto

Un coloquio poético con invitados de la Latinale 2007

Amaranta Caballero Prado, Ricardo Domeneck, Héctor Hernández Montecinos
Moderación: Karen Genschow (Suhrkamp-Verlag, Frankfurt am Main)

En la ciudad de Santiago ahogada por el smog un poeta underground concibe una Instrucción de lavado para remover las manchas que deja la vida; una poeta colombiana demarca las huellas que deja la violencia en su país; un poco más hacia el norte, una voz explora la frontera entre México y EEUU; un poeta brasileño emigrado a Berlín deja que sus versos se toquen, se separen, se interioricen y se dirige hacia la búsqueda de una utopía de una lengua impura. Cuatro ejemplos de poesía latinoamericana contemporánea. ¿Qué los une y qué los separa? ¿Qué modelos rechazan los nuevos poetas, qué tradiciones recuperan, donde reescriben las viejas odas? ¿Cómo han influido los nuevos medios como el internet, cómo han acelerado el intercambio poético en Latioamérica y han llevado a la creación de nuevas expresiones textuales transnacionales? ¿Cómo se integra lo que tiene que decir la poesía latinoamerciana en el difuso sonido de la globalización?
Lugar: Ibero-Amerikanisches Institut PK, Potsdamer Str. 37, 10785 Berlín
Entrada libre

Hamburgo 07.11.2007 , 20:00 h

Lengua de puma y resonancias marianas

Lectura: Fabián Casas, Angélica Freitas, Paúl Puma
Performances: Paula Ilabaca y Washington Cucurto
Moderación: Paul Hofmann

¿Qué es lo que caracteriza a la literatura en América Latina después de su vanguardia histórica y del boom? ¿Cómo se comporta la literatura latinoamericana en el tiempo de los blogs? Quién escribe versos en Tijuana, por ejemplo, para inmediatamente después enviarlos a Río de Janeiro? ¿Cómo trabajan pequeñas editoriales que luchan por seguir publicando rarezas poéticas en Bahía Blanca, por ejemplo, poco antes de la Patagonia?
Ha llegado el momento: El Festival de Poesía Latinoamericano Móvil, fundado en Berlín bajo la inspiración de los festivales poéticos que se multiplican velozmente en el continente latinoamericano, en donde retumban y suenan versos maratónicamente y con gran euforia, viene al fina a Hamburgo. Tras visitar las ciudades de Colonia, Berlín, Potsdam y Leipzig se presentarán aquí las voces innovadoras de una nueva generación de poetas, que se consagran al realismo sucio, al limo neobarroco, al slam elegíaco o al collage-palimpsesto. Ejes principales de la Latinale 2007 son la poesía perfomativa y Los Andes. Una turbulenta camioneta, el autobús latinoamericano por excelencia - llamado colectivo, micro, bondi, guagua o camello – llevará a los poetas a sus destinos.

Lugar: Kulturhaus 73, Schulterblatt 73, 20357 Hamburgo
Teléfono: 040 / 413 591 56
Entrada: € 5

martes, 9 de octubre de 2007

papi




You do not do, you do not do

Any more, black shoe

In which I have lived like a foot

For thirty years, poor and white,

Barely daring to breathe or Achoo.

Sylvia Plath. Daddy.


nadie nunca sabrá todo lo que lo quiero, todo lo que lo admiro, todo lo que le temo, cuánto lo respeto, lo contradigo y lo defiendo. nadie podría imaginarse siquiera cómo he dibujado mi vida a pulso para que él me quiera de vuelta más de lo que ya me quiere. porque soy su hija. porque soy su hija he heredado su rigor en mis células. y porque soy su hija me he rebelado al poder, a la institución. sin mi padre, no hubiera escrito. eso ya lo sé. de eso no se habla. porque sin mi padre nunca hubiera levantado la cabeza. nunca hubiera cruzado mi propio umbral o límite. nunca hubiera podido siquiera balbucear una palabra de desaliento o desesperación. y nunca hubiera conocido el amor así como lo he conocido, pues gracias a él me he enamorado profundamente, gracias a sus retos, sus prohibiciones y sus desarreglos me he entregado a lo imposible, con una terca disposición, con una tozudez sin réplicas.

una vez, de niña, pisé a un perro. por la calle donde vivíamos caminábamos hacia la panadería. era verano. el perro me quiso morder. yo me encaramé a su pierna. mi padre me levantó en brazos y me salvó. desde ese día fue mi héroe. ya lo era por su profesión, porque era policía, porque sabía de huellas digitales, porque era distinto al resto de los padres que conocía. era serio. daba miedo. era regio. recuerdo cuando lo acompañaba al cuartel de la policía. sin ser soberbio, a nadie le bajaba la mirada. nunca lo vi ser condescendiente con un superior. siempre miraba a los ojos. les sonreía con desapego, casi por obligación. sentaba en su mesa a los conductores que tenía. no discriminaba por su grado o rango. no le conocí amigos, sólo compañeros de trabajo. con los años, no se sabía su inclinación política. era todo un misterio. trabajaba y estudiaba sin cesar. era terco. cuando decía que no, era no. sin dar explicaciones.

en mi adolescencia tardía recuerdo haber llorado de impotencia porque no me dejaba comprender sus negativas. recuerdo el día después de que me habían pateado, cuando él me llamó a la mesa, me hizo sentar frente suyo y dijo: tú no tendrás nada de mí si no dejas a niño. ese niño, como él decía, con tanto desparpajo, con tanto poder, era el pololo de turno. yo quedé iracunda, confusa. cómo sabía que él no era para mí? cómo intuyó que la noche anterior, entre idas y venidas, gritos por los pasajes cercanos a la plaza italia, me habían dejado llorando sola en la calle tomando una micro al amanecer? cómo lo supo? recordé esa típica película de los diez mandamientos en la que decían algo como: todo padre sabe cuando su hija comienza a dormir con otro hombre. él lo sabía. no sé cómo. nunca se lo he preguntado, me ha faltado el valor.

cinco días después de su cumpleaños quiero decirle, quisiera decirle a mi padre, you do not do, you do not do, con la misma música que sentí la primera vez que leí el texto de sylvia plath o mejor; quisiera escribirle poemas hermosos, canciones desintegradas por todo lo que sé de él, por cómo he aprendido a conocerlo de las formas más extrañas y complejas. como por ejemplo, cuando en una clase de criminalística sentí que lo entendía, que comprendía por fin a mis veintisiete años su manera de ser. o una vez que íbamos solos en su auto conversando y traté de explicarle que lo perdonaba, que lo quería, que ya sabía que él sabía lo que yo necesitaba, pero no pude. sólo lo miré, no sé qué le dije, pero creo que él entendió, entendió que somos iguales; sólo que yo soy más radical que él, más rabiosa que él, más rebelde, más caprichosa, más yo.

y eso nos hace perfectamente parecidos.




(elegí la fotografía, porque el punctum está en la boca de mi padre, quizás algo decía, o se creía un poco galán. él tenía treinta años entonces. la foto fue tomada en españa. él vivió un tiempo ahí, antes de que yo naciera. regresó a chile un 30 de mayo de 1979,

tal como dice la historia.

yo nací un 2 de junio.

me gusta decir que nací de la impresión que le produjo a mi madre

el regreso de su amor.

y también me gusta pensar que quería conocerlo,

que supiera que era una hija y no un hijo,

la primogénita, la que le iba a salir peor o mejor, todo al mismo tiempo).

martes, 25 de septiembre de 2007

debo decirlo



mi aleluya


“Either way, win or lose,
When you're born into trouble you live the blues”.

Massive attack & Terry Caller. Live with me.


yo no tengo un don. o un talento. esto es una enfermedad. yo no tengo talento. a mí me falta algo. es por eso que escribo. es por eso que escribo así. a mí me falta algo. yo tengo una carencia que expreso en este malhablar, en esta repercusión inútil de verbos que se acoplan y copulan. es esta música un ritmo? no. tiene este tono alguna significación? no. esta cadencia la escuché mientras vivía, la oí mientras rogaba o cuando andaba pidiendo por ahí. o cuando invertí los roles del abuso, cuando olvidé quién era, cuando no pude crear más.

esto es una enfermedad con la que vivo hace mucho. una enfermedad que adquirí en una pose, en una estructura que di vuelta, que aprendí de memoria. conozco todos los síntomas. conozco las dolencias. sé lo que puedo y lo que no puedo comer. sé por dónde comenzar, hacia dónde devenir; sé donde revolcarme para agarrar más, para intensificar el maltrato de este vacío, de esta renuncia, de este podridero, de esta fascinación. eso es: la fascinación de saberme enferma. la fascinación de poder manejar los dolores, los espectros que me nublan; que me hacen escribir lo que escribo, que me hacen repercutir como un corazón viejo, como un corazón que no tiene un solo hálito de amor o belleza, un solo hálito de compasión.

me miro al espejo. y es como si buscara en la basura. me ubico frente a un espejo en particular; o en todos. miro mi rostro. vestida. o en pelotas. y busco entre los escombros de mi cuerpo en ruinas. afuera, tañen en su palidez las campanas, se yerguen en mi memoria catedrales cuerpos, elogios retorcidos; y eso es cuando nadie queda, cuando sólo estoy yo. yo y mi loba. o yo y mi perra. a veces es también una yegua. la observo en estos dientes equinos, en esta sonrisa amarilla. y así sonrío. yo y esta bestia que crío desde hace unos años. yo y esta otra que no tiene por dónde dejar de padecer; esta otra que se retuerce en los latidos de versos viejos, tersos que le cayeron por fortuna en medio de una muerte; o quizás en el día en que se decidió que no sería la hija de nadie, que andaría golpeando puertas, obstruyendo las ocasiones, pidiendo y pidiendo como la única solución a esta derrota.

escribir es mi derrota. la peor opción a mi cuerpo infecto. es por eso que soy una perra, no; mejor una loba. una loba que se pierde entre la tundra, entre la palabra torcida de la suciedad. ladro aúllo un aleluya- un cariz- un azar, matices de otras perras, de otras sanguinolentas que se andan tirando por ahí. a mí me lo impusieron. las cagadas. las pateadas. a mí me dejaron hablando cosas. yo no quería escribir. a mí me obligaron esas yeguas, esas perras, esas lobas que andan diciendo y diciendo, hablando sin cesar. y fueron esas mismas bestias las que decidieron hospedarse en este cuerpo, en esta proyección de mí, de mí y mis canciones tercas.

yo no debería escribir. me enferma. me enferma más. pero es el único momento en que domino, en el que algo se me muestra dócil y bello para mi capricho. esto es un capricho. un capricho que anidé desde niña. desde que no sabía quién sería yo; desde que ni un animal se había cruzado en mi camino. y cuando los animales se cruzaron conmigo, cuando me mostraron las fierezas de sus campos, ahí lo supe. supe quién sería y hacia dónde iría. supe qué debería hacer para no dejar de crear más. supe tomar el barro desde mis patas. supe que no tenía que limpiar. supe que tenía que manchar. así nada más. manchar y manchar. errar. manchar. exhibir partes pegajosas. a veces dulces. a veces con un pegoteo de pura suciedad. y el barro. joder con el barro. sobre todo, para todo. comenzar desde el barro que me ensucia los patas traseras y la cola. ocupar ese mismo barro para algo terriblemente bello, para engendrar veneno.

y ahora que no queda nada, ahora que ando a solas a patadas por esta ciudad entonando mi aleluya, pienso en escribir, porque no tengo nada mejor que hacer que seguir desarmando este peladero, este espacio vacío que queda en mí. si no la loba se pone brava y exige; si no, puede que sane y ya no lo tendré más. este mal, este mal llamado talento o genio, esta picazón, este espanto que me hace escribir. este aleluya mío que convoco en mi propio país, en mi propio estado, para sobrevivir, para resistir, para aguantar.



(esta fotografía la robé del flicker de mi amor, jona. sé que él la tomó.
no recuerdo el instante, sé que era una fiesta, una de esas
en las que la loba se va al baño y nadie sabe más de mí.
me gusta mi mano, la mano muerta, la mano de escritora como dicen varios.
el punctum está en mi diente separado, maltrecho,
producto del bruxismo que nadie ni nada ha podido parar.
esto es así, la maldad es así, la belleza eufórica es así, pero pronto muy pronto
ya no sabré.)

domingo, 9 de septiembre de 2007

you have never been in love


La lectora minusválida
o
¿Podré leer alguna vez a Héctor Hernández Montecinos?

Asesíname. Asesíname. Tan freak tan freak tan freak y tan popular, quiero ser. Cuando viniste a mí, cerré la puerta pero abrí, asesíname asesíname. Fiesta de farsantes en la espuma social, invitame a pasar. Asesíname. Asesíname. Chico dandy, rey farsante, diferente igual, del suburbio que se escapa. Asesíname. Asesíname. Deja atrás el gris cemento, flash, neón luces del centro, seducido, cae en la trampa. Asesíname. Asesíname. tan freak, tan freak, tan freak y tan popularquiero ser, psicodélica alborada con amantes entrenados preguntándome en silencio en que ciudad estaré. Yo me quiero morir. No aguanto más estar aquí. Asesíname, asesíname. Asesíname, asesíname. Yo me quiero morir. No aguanto más estar aquí. Asesíname, asesíname. Asesíname, asesíname.

I

Estas palabras podrían ser una declaración de amor. O podrían ser el reencuentro de dos corazones viejos, manchados, arqueados, pero vivos. Mi corazón y tu corazón. Unidos en el patio de la poesía chilena. Sanguinolentos. Expuestos. Pero eso no importa demasiado. Encumbremos un volantín, salgamos a pasear. Tomemos un helado en el parque. Hagamos una performance. Yo compro los huesos esta vez. Tú trae el maquillaje. Escribamos. Vivamos. Hablemos raro. Escupámoslos. No nos gustan. Somos nosotros. Nadie más. El resto es vanidad. Sin embargo, me falta una parte de mi cuerpo. Me falta desde que me dejaste para irte a otro país. Digamos que esa parte es una mano. Digamos que con esa parte yo no te toco. O pensemos que es uno de mis ojos. Ese que no te lee. Ese que maldice. El que se inunda cada vez que te escucha decir esos poemas, esas bellas canciones que escribes desde que te conozco; o mejor digamos: balbuceos con los que construiste tu propia caverna, desde la que escribes y tocas, todo lo que no te toca.

II

La complejidad del soporte de mi lectura, de mi lectura trunca, manca, retorcida, parapléjica, tiene que ver con la cercanía hermosa y terrible que me une al autor. Es inevitable. Es problemático. Leo los poemas de Héctor, sus textos y no los veo con claridad. No puedo separar la obra del autor. Leo sus poemas y me aquejan dudas, interrogantes, me producen palpitaciones, sintomatizo, huyo, me desespero. Tengo recuerdos. Padezco el pasado. Me rondan situaciones antojadizas. Me río. Me río mucho, sobre todo de su capricho, de su forma de reproducir por escrito la experiencia. Recuerdo conversaciones, fiestas, conchazos. Me pregunto, me pregunto, me pregunto. Conozco muchos secretos sobre sus libros, no todos por supuesto, pero muchos. Conozco el porqué de muchos títulos, citas a escondidas, situaciones descritas. Es complicado para mí, entonces, el no hablar desde mi lugar, desde mi sitio como su hermana gemela, desde mi lugar como espectadora de cada una de sus nuevas amistades que aparecen por todo Chile y Latinoamérica. Amistades que he visto nacer y diluirse con el mismo impacto y la misma detonadora sorpresa. Amistades que he visto perpetuarse y a las cuales me he sumado, dichosa. Amistades que he visto desaparecer después de un trasnoche de géneros dislocados, desafortunados y erráticos. Y hablo de la amistad, pues me considero una de las amigas más antiguas de Hernández Montecinos; amiga desde sus comienzos literarios. Entonces quisiera hacer presente y recalcar mi esfuerzo y mi rigurosidad crítica hacia mi querido Héctor, a secas, simplemente, pues hemos estado juntos en las situaciones más insólitas en las que el autor desaparece y solo queda el niño tremendo y desordenado que es mi mejor amigo, mi editor y mi soporte en los múltiples devaneos personales y en relación al oficio de la escritura que todo escritor padece.

III

En “Segunda mano” (Lima, Zignos, 2007) nos encontramos frente a los hits de la poesía de Héctor Hernández Montecinos. Poemas tensos, tersos, rabiosos, conflictuados y ariscos de su primera juventud, cito: “Esto es perritud y lo sabemos Esta es la condición que nos enorgullece Este es el perraje que compartimos con los de hocico por labio y palabra” (p. 84). O cuando dice: “DEJÉ MI CIUDAD en veinte años de resistencia/ con pocos dormidores en la redonda/ y no me amaron/ yo tampoco los amé” (p. 56); así como también: “hago el contacto como la carne y su fuerza/ (p. 59). Y, el posicionamiento de su voz en el escenario nacional y, por qué no decirlo, su manera de apelar al ánimo de ese lector que lo sigue, que lo lee, que lo observa: “Tú me miras escribir y no tengo idea de lo que pasa por tu cabeza Me dices que lo que estoy haciendo es absolutamente inútil Para mí nada es nuevo Pervertir a la juventud/he allí/la misión de quien escribe”. (p. 29). Siguiendo con la idea anterior, ese lector apasionado que lee y relee la obra de Hernández Montecinos, que se busca ahí, en la anécdota, en la metáfora rabiosa y húmeda, en el no decir.

Este volumen reúne, además, los poemas más iluminados, tensos aún, pero de una belleza distinta, una belleza pacífica, letárgica: “Escribo esto entonces con la duda y la certeza/ de que no es ni esto ni aquello/ Es un sueño que se continúa escribiendo/ desde la primera noche de la humanidad”. (p. 113). O bien cuando dice: “Todo lo que no existió debe aparecer/ porque esa es la tentación de quien escribe/ crear unos ojos para dejar de ver lo ya visto” (p. 117). Esto no significa que el autor desconozca a su antepasado niño-poeta, su crecimiento voraz, o que desconozca las mil páginas (¿o más?) de escritura que en ese entonces el niño-poeta trazó, manipuló, sementó, urdió y acompasó en el principio de todos estos años. Y esto es porque nuestro autor se ha dedicado a construir, a crear, a crear y crear, a escribir hasta desaparecer. A utilizar la página en blanco como el sitio de la lucha, el espacio de la pertenencia, el tráfico, la búsqueda de lo propio; o bien como un cuerpo que se esconde y a la vez se ofrece al tatuaje, a la marca que el autor dejará en él. Cito: “lo mío es el movimiento/ ciclos de agua-sangre/ que buscan/ liberarse/ desde el metarrelato de la/ identidad/ y su/ desaparición subliminal/ en el gesto sobre el cuerpo/ en/ blanco” (p. 33). Lo cual no es otra cosa que una desaparición en la que se instala, en la que se ubica como gestor de la nueva epifanía de los cuerpos poéticos disímiles, aunque posean un soporte en común, el casi- padre, casi-hermano, casi-fratricida de la muchachada escritora guacha que este país ha tenido que soportar. Y premiar. No olvidemos que detrás de la poesía de Hernández Montecinos, a ratos rebelde, a ratos queer, a ratos insolente, hay premios y reconocimientos por parte del Estado; o mejor dicho, el Estado ha premiado esta diferencia (lo digo en relación a los diversos reconocimientos por parte del Fondo del Libro y la Lectura).

Aunar la obra de Hernández Montecinos es reunir un poco más de mil páginas de textos que transitan entre la poesía, la novela y el ensayo, sin que uno de éstos sea más importante que otro, y sin que el tránsito mencionado sea evidente y fácilmente comprensible. Es esta desazón, esta incomprensión, la que me interesa de la obra de este autor; la desazón que mantiene al lector intrigado e indefenso hasta el final de cada libro, de cada poema y de cada lectura a la que el lector, convertido en oyente, asiste. Es en el punto anterior, entonces, en el cual pienso en el libro, como objeto, en su concepción más básica y simple: como transmisor cultural. Si así fuera, ¿que tipo de cultura nos transmite Hernández Montecinos? ¿Hacia qué apunta? Y en términos ultra mínimos ¿cuál es su mensaje? ¿Quiénes son sus lectores ideales? ¿Academicistas? ¿Lectores-teóricos? ¿Podría existir y ser leído cada libro de Hernández Montecinos por todos los chilenos y, más aún y siguiendo el movimiento de su obra, lectores hispanoamericanos? Y si no fuera de esta manera ¿importaría demasiado?

La lectura de su obra, posee la inevitable dicotomía que se le presenta al lector, a la lectora: dejarse llevar por la escritura decididamente impresionante de Hernández Montecinos, o bien, intentar leer algo más en cada una de las partes del texto, de las pistas que entrega, las alusiones al campo literario chileno, sumadas a los guiños críticos y teóricos que se plantean en el libro. Su discurso amoroso decididamente andrógino, homosexual, interferido, intervenido, cito: “Te encuentro en la calle y te digo que hace años nuestro amor fue el más grande de los amores de Chile y que vivimos la mitad de ese tiempo en una juerga nocturna capital Yo te digo mi nombre y te digo todos los nombres pero tú dices no recordar mi olor a árbol (…) Digo tantas cosas y sonríes al ver cómo me desespero y me agarro la cabeza y me miras con ternura y rabia como un padre miraría a su hijo más estúpido” (p.52), los géneros invertidos, pasados por alto; el continuo traspaso del umbral, una y otra vez, cito: “Escucho voces a lo lejos no soy yo quien habla porque estoy completamente solo Y me siento en el fondo también como un muchacho herido de alegría oyendo a las gentes bramar y a la cordillera en su larga meditación Esta noche no quiero llegar a casa quiero que dure lo que dura una bomba en caer al suelo y destruirlo todo Esta noche no quiero llegar a casa quiero que dure lo que dura una ficción en volverse dudosa Esta noche no quiero llegar a casa quiero que dure lo que demora la flor de boca de dragón en desaparecer ella y al mismo tiempo hundirme yo” (p. 107); esa voz que se traspasa y se penetra a sí misma, que se busca interminablemente, que se nombra en una infinidad de vocablos hermosos y extraños.

Finalmente, el lector se encuentra de frente a esta obra, la recorre como si fuera un cuerpo, se salta las partes que no quiere mirar, que no lo seducen; partes, fragmentos que pueden ser leídos más tarde o en otra oportunidad, pues este libro no exige una lectura rígida ni convencional; el ojo del lector puede ir y venir, acabar, mirar y no mirar, saltar, pasar por alto, acabar, saltar, pasar por alto. Y ahí está el autor, omnipresente, en cada figura negra que dibuja, en cada letra, grafema, en cada trazado de su lápiz que no vemos, pero que imaginamos escribir, cito: “Te escondes porque sientes miedo Quisieras que nadie te viera Pero lo que es invisible es porque ha olvidado el recuerdo de la visibilidad O porque ha olvidado cómo se escribe Y tú no has olvidado nada de lo que vendrá Por eso mismo te escondes Y cada hora que pasa eres más tú Dime ¿qué estás viendo que tanto te aterra?” (p. 74) Surgen entonces, mis preguntas de lectora minusválida, la manca, la ciega, la que no camina ya: ¿estoy aterrada? ¿Qué es lo que acabo de ver? ¿Estoy escondida? ¿Te estoy mirando? ¿Cómo pasan las horas en tu libro? ¿Podré leerte? ¿Qué es lo que veo entre las humedades de tus textos? ¿Qué son esas capas? ¿Qué otra cosa podría estar viendo si no es a ti? Y en ese momento me respondes, cito: “A eso está llamado el poema/ a sobrevivir cuando esté en contra/ hacer de la tragedia el paraíso” (p. 117).

IV

Estoy en silencio ahora. Asesíname. Di conmigo: La vanguardia es así, mi capricho es ley. Di todo lo que no te parece, todo lo que me toca, lo que nos toca, lo que no te tocó a ti, pero a mí sí; lo que yo no he tocado, y tú sí. Lo que hemos compartido y hemos amado; lo que tú sabes, lo que yo sé. Esto es así. Te declaro mi amor. Asesíname. Chico dandy. Rey farsante. Te declaro mi amor. Asesíname. Estoy en silencio ahora. Entonces tú me dices: “No hay silencio Mucho aire No hay silencio” (p. 66).
***
(esta declaración manifiesto, fue escrita para el lanzamiento del libro "segunda mano" de mi querido héctor. fue leída ante un público precioso
el día viernes 7 de septiembre del 2007.
la fotografía data de agosto del año 2003, me atrevería a decir que un 22 o 23 de agosto, en un congreso de género en la usach.
cuando éramos más jóvenes que nunca y hacíamos cosas bellas, iguales o peores que hoy. cuando la poesía era la noche, igual que hoy. cuando brillábamos como dos estrellas pequeñas y raras, igual que hoy.
me gusta el pañuelo de héctor, su poncho capa traído de chiloé. mi sonrisa eufórica, mi abrigo verde tan famoso comprado en iquique a 500 pesos.
nuestros rostros juveniles.
siento que el tiempo no ha pasado, desde esa noche, ni un solo segundo.
porque el tiempo ha sido una mancha blanca.
porque el tiempo no ha existido entre nosotros. )

martes, 21 de agosto de 2007

being boring


el verano del 2006, the best summer of my life, como escribí una vez y porque de verdad lo fue, mi amigo edu meza, mi fotógrafo (él tomó la foto de mi libro "la ciudad lucía") y que hoy está de cumple, me dijo: mira, te mostraré algo que te va a en-can-tar. y lo que me en-can-tó, fue el video de la canción being boring de los pet shop boys y que fue realizado por bruce weber en blanco y negro, con gente preciosa en lujoso castillo, beautiful faces, bodies, etc. alguien dijo una vez, amargamente, qué sobredosis de belleza. yo pensé lo mismo, pero con alegría.
el video comienza con una intro que nos habla de crecer, de dejar de lado los ideales de la juventud. y cuenta esta letra blanca, en inglés que se escribe sola, que una vez recibió una nota que decía: "she was never bored, because she was never boring", y mi querido edu me dijo: mira, ella es como tú. y yo pensé, sí, es como yo. nunca me aburro. y siempre invento fiestas. y siempre pasan cosas, en un contexto chileno por supuesto, como en esa fiesta de la canción. qué busco ahí? me pregunto hoy, en tu cumple, edu. qué buscamos en esas fiestas que nunca acaban y en las que todos acaban?
***
Cause we were never being boring
We had too much time to find for ourselves
And we were never being boring
We dressed up and fought, then thought: make amends
And we were never holding back or worried that
Time would come to an end
***
durante ese año escuché mucho esa canción, me hacía tanto sentido. en realidad aún me hace. la semana pasada, de casualidad mientras estaba con mi amigo jona, vimos el video juntos. hace mucho que no lo veía. y me resultó muy significativo, principalmente porque en estos momentos estoy viajando hacia mí misma, hacia lo que amo y duelo al recordar. y es de esta canción de la que no me gustaría separarme, porque representa de una manera muy sofisticada, con esa pronunciation tan british, lo que me ha tocado vivir y revivir junto a mis amigos, que no son otra cosa que mi familia por fortuna. y esos cuerpos que bruce weber seleccionó con su mirada calvin klein, esos cuerpos tonificados y hermosos, no son otra cosa que nosotros mismos jugando a que nunca creceremos y que siempre habrá tiempo para el regocijo, para las aventuras y el amor, en toda su gama de manifestaciones.

***
Now I sit with different faces
In rented rooms and foreign places
All the people I was kissing
Some are here and some are missing
In the nineteen-nineties
I never dreamt that I would get to be
The creature that I always meant to be
But I thought in spite of dreams
Youd be sitting somewhere here with me
***
la cita anterior se escucha mientras unos bailan, otros duermen, y desde el segundo piso otros aplauden. me pregunto en qué hubiera estado yo. o edu. o la rose. y jona. la ange. la clau. la cata. y virgin. o héctor. la chica. gertosio. y todos. dónde estaríamos todos. ojalá juntos.
***
(la fotografía la elegí porque están todos juntos con su mejor cara calvin klein posando a la cámara. y se ve apenas el rostro de una chica a quien,
al editar la picture, le cortaron la cabeza.
el texto está dedicado a my love, eduardo. porque hoy es su cumple.
por eso lo escribí.
y porque él, al igual que yo, nunca se aburre.
y gracias a jona por traerme el recuerdo de esta canción).

lunes, 6 de agosto de 2007

himno: the arcade fire

estaba acostándome el viernes pasado cuando en el zapping de rigor para ahuyentar el insomnio, quedé estancada en el film & arts y el later... whit jools holland. una vez más, me dije, recordando ese viernes víspera de mi cumpleaños, cuando descubrí la bella música de rufus wainright en este mismo show. pero esta vez, luego de ver en vivo a black eyed peas, fui al baño y escucho una presentación de rigor, que no pude descifrar y luego un estruendo de música rock? sinfónica? inexplicable tal vez; en seguida el vocalista en primer plano, con una mirada a lo julian casablancas (the strokes) algo meláncolica, perdida, intensa. me quedé de pie mirando casi con la boca abierta, intentando escuchar el detalle de los instrumentos inusuales, en un sentido básico, que podrían ser ejecutados en una banda de rock: dos violines, un xilófono? los gritos de los integrantes de la banda, la entrega de su música. durante ese tiempo, de pie, durante esos minutos que duró la canción "power out", así, casi a medio colocar el pijama, sin poder creer lo que veía.
durante este último tiempo he tenido dos veces la sensación de estar frente a algo genuinamente innovador y estruendoso: la lectura de poesía de mi amigo el escritor mexicano daniel saldaña una noche de mayo acá en santiago en el bar espantagruélico, y este viernes de agosto, escuchando a the arcade fire, el grupo del que hablo. y señalo esto porque me resulta muy común realizar continuamente la relación intertextual o de red entre las diversas expresiones de lo cotidiano, entre personas que escriben, entre las intensidades de lo artístico; y me ha ocurrido frente a esta innovación que comento, que no he podido saber de dónde proviene lo que escucho, lo que miro, lo que siento. es decir, ese día que presencié la performance, porque eso era, de the arcade fire me costó establecer el diálogo: podía haber sido un recuerdo, una sensación de haber escuchado antes esa música, pero dónde? en qué lugar? cuál era el referente?
me conmovió mucho el sonido de la canción, y hablo de lo sonoro, pues la letra me pareció indescifrable en un primer momento, a pesar de que noté que cantaban en inglés. pero percibí que hablaban de algo bello, sobre todo por la actitud dramática de los músicos, y digo dramática en relación a la catarsis que seguramente buscan provocar y de cómo cada uno de ellos ejecutaba su instrumento. debo decir que en algún momento sentí una especie de revelación o como si fueran un coro en plena misa, un grupo de rock cristiano por el fervor con el que cantaban, cómo movían las manos, los gestos de sus caras. y temí por eso. pero al día siguiente, en la investigación de rigor sobre ellos me di cuenta de que no era así.
leí que la canción "power out" fue escrita por la banda luego de haber vivido la experiencia de una tormenta de nieve que recorrió américa del norte; ellos son de canadá. como dice la canción:
***
"ice has covered up my parents hands
don't have any dreams, don't have any plans
growin' up in some strange storm
noboby's cold, nobody's warm.
i went out into the night,
i went out to found some light
kids are dyin' out in the snow,
look at them go, look at them go!".
***
de qué habla finalmente? son descripciones literales esos versos? por qué me hace tanto sentido pensar en un morir y volver a la vida, dejar atrás la niñez, desilusionarse de las instituciones (cuando dicen que el hielo ha cubierto las manos de sus padres, sin sueños, ni planes) y comenzar una revolución? (como si nos dijeran: los niños que fuimos han muerto con la nieve, miren como se van!) desde ese día la escucho constantemente. casi pienso que podría ser mi zahir. o un himno para el día a día.

(elegí la fotografía porque el punctum es el rostro de régine chassagne, la esposa de win buttler, el vocalista. me gusta ese rostro que mira a la cámara. el sombrero casi de reverendo que lleva puesto su esposo. el lente quebrado del guitarrista. el rostro de la violinista en primer plano. los detalles. la luz del sol. nadie mira hacia el que observa la foto, sólo régine.)


jueves, 2 de agosto de 2007

la promesa


esta soy yo. en un columpio que había traído el viejito pascuero en una de las tantas navidades felices en la florida. en él jugábamos con mi hermana, pero en esta fotografía estoy sola. atrás el lavadero blanco, futuro receptáculo de cachureos, donde unos años más tarde bebí cloro porque tenía sed. la pelota de colores, no la recuerdo. la lavadora antigua, temible, un hoyo negro estrellado, en el que se podía morir electrocutada con tan solo meter la mano en plena sesión de lavado. luego el caballito de madera en el que me balanceaba por horas y horas en el patio viejo, bajo el parrón.
el ladrillo, la pandereta de la casa pareada. el mismo ladrillo rojo, donde restregué mi rostro llorando en plenos años veinte. la pandereta, que luego se pintó de blanco y se llenó de muebles cuando este pasillo que daba al patio se convirtió en cocina. una cocina moderna. con otra lavadora, moderna también. el ladrillo también se pintó de blanco, pero la cañería continuó a plena vista para conservar el recuerdo de lo que habíamos sido, de dónde veníamos, la transformación a la que había sido sometida la casa vieja. la pequeña ventana daba hacia un baño. por ahí se escuchaban peleas y conversaciones secretas. con la puerta se podían dar unos portazos de película; algo tenía de liviano, sumado a una corriente de viento misteriosa que se armaba en ese lugar. me gustaba cerrarle la puerta a mi hermana daniella cuando discutíamos en la cocina. me gustaba dejarla gritar sola. y cerrarle la puerta. y escuchar los gritos a través de la madera. y arrancar.
como decía, con los años, este pasillo viejo fue una cocina. una cocina grande, con un comedor de diario, con muebles; incluso hubo una máquina de coser lanas, cuando mi mamá tejía chalecos para un colegio de niños adventistas. la cocina era un tránsito. un tránsito hacia el patio que quedó reducido, pero más verde, con árboles que mi papá plantó y llenó de plantas. las mismas que se quemaron cuando mis papás se fueron a vivir al norte. y cuando se fueron a vivir allá, la cocina era lo más limpio de la casa vieja, porque ahí se urdían las fiestas y se llenaba de comensales. ahí también cocinábamos con mi hermana cuando vivimos solas; o cocinábamos con amigos o con nuestra prima cata, que era nuestra visita favorita, nuestra hermanita postiza menor. ahí también mezclábamos licores y otros líquidos para animar las fiestas, para olvidar que estábamos ahí, abandonadas por opción propia; y felices. y empastilladas a más no poder.
este es un recuerdo. un recuerdo que no recuerdo. sólo la fotografía me dice que esa era yo. con esos rulos, el vestido negro con rojo. con el chaleco celeste. con los ojos cerrados.
***
(elegí esta fotografía porque no había otra. me gusta que justo en el click del momento fotográfico haya cerrado los ojos. me gusta que no haya sido una cámara digital, porque o si no, esta foto hubiera sido borrada. me gusta el paso del sol por el ladrillo rojo. deben de haber sido las cuatro de la tarde. a esa hora el sol pegaba ahí. lo recuerdo porque a las seis estaba fijo frente a mi pieza y comenzaba a descender.
y yo me imaginaba que estaba mirando hacia el mar.
la foto es gentileza de mi prima cata, de hecho, ella la escaneó y tituló como
"la promesa".
la cata, una vez, en una de esas tantas noches de juerga, se rió tanto que se tiró de espaldas al suelo de cerámica y no se podía parar de la pura risa.
y con mi hermana tratábamos de levantarla del suelo,
del suelo de la cocina ya modernizada.)

jueves, 19 de julio de 2007

texturas




¿qué ocurre cuando no sé qué estoy escribiendo? ¿qué pasa con mi situación de autor lector, que se conmueve con el gesto propio, con el paso del lápiz sobre la hoja en blanco o el tecleo interminable frente a la pantalla de un computador? ¿cómo es mi proceso creativo? ¿cuáles son mis deseos y obsesiones como autora o autor? ¿desde qué lugar político escribo? ¿desde mi cuerpo? ¿desde mi propia ciudad? ¿qué pasa conmigo que no puedo dejar de escribir?

estas son algunas de las interrogantes que se trabajarán a través de la discusión, la crítica, el trabajo con los textos propios y de autores latinoamericanos jóvenes, sumado a la lectura de textos teóricos fragmentizados o polarizados para el encanto personal.

el objetivo de este taller texturas, será trabajar los textos de los integrantes, ya sean en prosa o líricos, desde la autobiografía, el género, su confabulación o no con el poder, las historias de vida de otros y propias, los recuerdos y la ficción, hasta llegar al punto exacto del trabajo, la pasión y el encuentro pleno con la literatura.

Desde Agosto hasta Diciembre
Valor: $20.000 mensuales, $15.000 estudiantes.
Días: Sábados 18:00 a 20:00 hrs.
Metro Moneda
10 cupos.
Mayor información en: paulailabacanunez@gmail.com

martes, 3 de julio de 2007

sof


mi amigo y muso jona, me prestó "marie antoinette", para que viera un making off que trae el dvd. le interesaba que notara el trabajo in situ de sofía coppola; y debo decir que me maravillé por la sencillez y la manera de dirigir de sofía. y me gustó, pienso, porque vi un cierto sentido de capricho y de terquedad en su trabajo. o quizás vi en ella el gesto de hacer menor algo tan confabulado con el poder (el cine) y tener éxito en ello. y, por qué no decirlo, el hecho de contar historias de mujeres, sin aburrir y sin hacer del género el gran tema. y seguramente por eso queda la sensación de que se ha visto una película mínima; una historia mínima con diálogos mínimos y con personajes mínimos también. incluso en "marie antoinette", que parece ser la de mayor fastuosidad, por tomar a un personaje histórico, es un eterno video clip, lleno de colores e imágenes que hablan solas; no se necesitan diálogos (me parece que sofía coppola prescinde de ellos esta vez) y busca el hilo de la historia a través de la fotografía, la luz y el vestuario.
en la elaboración del personaje de maría antonieta es exacta; no permite un exceso de empatía con la reina, ni tampoco compasión o lástima. maría antonieta tiene un amante; no es el mayor asunto. no hay escenas de sexo. no deja espacio a palabrerías banales, conversaciones quejumbrosas o una despedida artificial. sólo el detalle de maría antonieta regresando a versalles, subiendo la larga escalinata con la melodía de un piano como música de fondo. el viento. su figura alargada. nada más. de hecho, en el dvd que intrusié, como bonus track venían dos escenas que sofía coppola había sacado de la película; una de ellas era acerca del regreso de maria antonieta a versalles y su alejamiento del petit trianon, lo que, en el fondo, simboliza el abandono de la vida romántica y plácida cerca de la naturaleza. y digo romántica en el sentido del encuentro con la tierra, la vida nocturna, la somnolencia diaria, la languidez de los sentidos, la lectura. este alejamiento supone el regreso a una vida rígida, llena de órdenes y deberes que cumplir. la escena que sofía saca, lo hace porque decide que aparece una reina demasiado afectada con esta vuelta y lo que en ella removió su romance con el conde fersen. sin embargo, el rostro de kirsten dunst, su ahogo, lo demacrado de su cara, me pareció interesante, aun cuando tenía cierto aire trágico que quizás no valía la pena explorar.
otro gesto inquietante, que he querido llamar los no-diálogos. las imágenes que dicen y dicen y dicen, y en las que nadie habla, bellísimas. es como si cada persona en el set supiera qué momento retratar de los actores. una película sin diálogos prácticamente y la preocupación constante de elegir la canción exacta diría yo, para las partes que la necesitan. por ejemplo, cuando después de jugar a las escondidas maría antonieta es abordada por el conde fersen y comienza a sonar la canción de adam ant, mientras ella espera con ligas blancas, un abanico y una pluma en el pelo. lo interesante y, en el fondo no casual, es que la canción dice "i feel beneath the white/ there's a red skin suffering" y más adelante "and even when you're healthy/ and your colours schemes delight ... you're just shade too white/ shade too white". crítica a la belleza? a la rigidez? a la frigidez? y así con cada una de las canciones que sofía mezcla tan bien con las imágenes. es como si fuera un eterno video clip. me parece maravilloso.
me dio cierta alegría pensar que será posible seguir la carrera de sofía coppola, ya que en términos generacionales es cercana. y esto lo afirmo por un secreto: la escena en que maría antonieta corre por los pasillos al ritmo de "whatever happened" de the strokes, ese pedazo de canción, de hecho, la misma lírica, la había seleccionado para epígrafe de uno de los capítulos de mi libro "la ciudad lucía". a última hora lo saqué, porque no sé, lo encontré un poco antojadizo. sin embargo, cuando vi esa parte de la película junto al sonido de la canción, me arrepentí. algo me hubiera unido con sofía.

(elegí la fotografía, porque me gusta el contraste entre la blusa que viste sofía y el maquillaje que lleva puesto, algo oscuro, principalmente por el color de los labios y el delineado de los ojos. es como si el punctum estuviera en su boca y bajara a su blusa y viceversa. como si su atuendo nos dijera: yo mezclo lo que quiero).

lunes, 2 de julio de 2007

lo li ta


tengo la manía de dormirme con el televisor encendido. y la madrugada del lunes, volví a encontrarme con lolita. traté de verla mientras me quedaba dormida y de pronto me desperté cuando humbert humbert, como narrador en off de la película de adrian lynne, dice: señoras y señores del jurado; ni siquiera fui su primer amante. qué enternecedor y qué cruel. y esto, pienso, nos ocurre porque tenemos frente a nuestros ojos la más pura e indolente pedofilia, pero pasada por el cedazo de la literatura, de la belleza y el cuerpo pequeño, violento y a ratos masculinizado de dolores haze, la malvada lolita. o la inocente. o la perversa. o la niña. o la mujer. porque son muchos los matices que lynne, a partir de la novela de nabokov, recorre en su película. así como humbert humbert y lolita recorren américa, o como humbert en los hoteles recorre el cuerpo de lolita; y así es como recuerdo una de las tantas lecturas que escuché sobre el libro "lolita": la vieja europa devastando a la joven y bullente américa.
la imagen de dolores pintándose los labios (la fascinación por sentirse mujer) o lolita entregando sus pies para que humbert le sacara los zapatos (la adoración de la que es objeto) es perturbadora para el espectador, quien se pregunta constantemente: quién es la víctima? y quién el victimario? qué sustenta el relato de este discurso amoroso? la aberración que comete un hombre con esta niña? o la entrega de la nínfula al capricho de su amo?
son ensordecedoras, entonces, cada una de las palabras que deletrea la voz de humbert e inquietantes los gestos, la dulzura que entrega jeremy irons en la interpretación de este monstruo. porque en el libro humbert era un monstruo que drogaba y vejaba sin cesar a la tierna lolita. pero en el cine humbert humbert es el sujeto amoroso. el que sufre y se deja llevar, mientras dolores es el objeto de la fascinación y el encanto. la dualidad de la niña nínfula que se sabe bella y poderosa; pero que cuando viste jeans y una camisa a medio abrochar es simplemente lo, como describe nabokov en el inicio de su libro.
no vi la película entera. pero me dormí con la sensación de que sólo bastaron tres sílabas para atrapar y seducir: lo-li-ta.

***
(elegí la fotografía, porque el punctum está en los frenillos de dolores haze y en su mirada. estos son los detalles que seguramente el director de la película vio en dominique swain: a ratos la emulación de una aterradora vampiresa de labios rojos; luego la sencillez y belleza de una niña en su cara lavada, en sus frenillos, en la sonrisa).

***


domingo, 1 de julio de 2007

perversa luna de hiel


la madrugada del viernes, volví a ver la película de polanski. elegí un lugar impreciso: el límite entre el baño y mi pieza. porque pasé muchos minutos así, de pie, mirando cómo la pareja ideal entre mimí y oscar se desmoronaba lentamente. me interesó la figura de mimí más que ningún otro personaje. oscar es la típica alegoría masculina, pelotudo a más no poder, que no sabe qué le pasa, que anhela lo que no posee, como la escena en que mimí duerme en la cama y oscar mira con binoculares hacia un parís bullente de fiestas, sexo y alegría. y dice algo como: ahí estaba ella, con toda su hermosura, blabla; pero él quería eso otro, de tan fácil acceso, pero de un aura prohibida y, por lo mismo, tentadora.
el personaje de mimí y sus matices, trastorna. de bailarina con zapatillas de lona blancas, las mismas que volvemos a ver en los pasajes en los que mimí se hunde frente al imponente (e impotente) oscar, pasa luego por la amante perfecta, voluptuosa, fiel y entregada a su tiger. posteriormente, cuando dejan el espacio privado del departamento y comienzan a salir de noche, ella se siente deseada y comienza a expandir esa voluptuosidad en la pista de baile, en el gesto de mostrar su cuerpo y su feminidad. es así como oscar la observa, el deseo se desvanece y comienza el ocaso de la relación.
luego mimí, se convierte en la esclava de oscar cuando él, luego de haberla sacado de su vida, la vuelve a aceptar, pero con la pérfida condición del eterno infierno, como él dice. esto comienza cuando oscar regresa a su departamento después de una noche de juerga y encuentra a mimí durmiendo, con sus zapatillas de lona blancas, en el choapino de entrada. así, el director nos presenta a la mujer-perro, su futuro y su caída.
lo que sigue es innarrable. mimí y su cara blanca. mimí y los granos. mimí hace el aseo. mimí es humillada en una fiesta. polanski recorre todas las formas posibles de vejar a una mujer. pero luego la vuelve a posicionar, porque después del viaje sin retorno, mimí regresa con aires sadomasoquistas para hacerse cargo de oscar. así, se masculiniza y le devuelve a oscar cada humillación, pero por qué parece que es más cruel? será porque como espectadora me resultó más chocante ver a oscar en silla de ruedas, mirando como baila mimí con su galán negro? ahí es cuando mimí destruye todo lo que quedaba y se yergue como la triunfadora de la perversidad.
en el barco, el espacio donde se narra toda esta historia de amor, mimí es la figura de la histérica, la enloquecedora de hombres que finalmente no se queda con ninguno. pero es enternecedor el momento en que se celebra el año nuevo y ella con los ojos llenos de lágrimas, profundamente conmocionada saluda a oscar. es como si debajo de todo el aparataje del vestido de gala, se encontrara calzando las zapatillas de lona blanca. sólo es un segundo y luego vuelve la pescadora de hombres, que al ritmo de la canción de bryan ferry "slave to love" decide quién será su presa: la que ha decidido abordarla sin la seducción burda que muchos estilan. en ese momento es cuando comienza la tormenta, la tripulación enloquece y mimí se escabulle con su nuevo amor.
cuando terminó la película, me sentí mejor, aunque pensé que tendría pesadillas. pero no las hubo. sólo fragmentos de un sueño impreciso, donde oscar podrían haber sido tantos, donde mimí podría haber sido yo.
***
(elegí la fotografía, porque me causó tanta gracia el humor terrible y negro de polanski, como la escena retratada, en que la pareja cumple el infaltable rito de ir al parque de diversiones y él dispara y da todos los tiros, ella se ríe, él gana y ella elige el osito y se alejan abrazados. luego, esa misma puntería al final de la película nos hace pensar en que los parques de diversiones son, invariablemente, lo más retorcido y truculento, ever).
***