jueves, 19 de julio de 2007

texturas




¿qué ocurre cuando no sé qué estoy escribiendo? ¿qué pasa con mi situación de autor lector, que se conmueve con el gesto propio, con el paso del lápiz sobre la hoja en blanco o el tecleo interminable frente a la pantalla de un computador? ¿cómo es mi proceso creativo? ¿cuáles son mis deseos y obsesiones como autora o autor? ¿desde qué lugar político escribo? ¿desde mi cuerpo? ¿desde mi propia ciudad? ¿qué pasa conmigo que no puedo dejar de escribir?

estas son algunas de las interrogantes que se trabajarán a través de la discusión, la crítica, el trabajo con los textos propios y de autores latinoamericanos jóvenes, sumado a la lectura de textos teóricos fragmentizados o polarizados para el encanto personal.

el objetivo de este taller texturas, será trabajar los textos de los integrantes, ya sean en prosa o líricos, desde la autobiografía, el género, su confabulación o no con el poder, las historias de vida de otros y propias, los recuerdos y la ficción, hasta llegar al punto exacto del trabajo, la pasión y el encuentro pleno con la literatura.

Desde Agosto hasta Diciembre
Valor: $20.000 mensuales, $15.000 estudiantes.
Días: Sábados 18:00 a 20:00 hrs.
Metro Moneda
10 cupos.
Mayor información en: paulailabacanunez@gmail.com

martes, 3 de julio de 2007

sof


mi amigo y muso jona, me prestó "marie antoinette", para que viera un making off que trae el dvd. le interesaba que notara el trabajo in situ de sofía coppola; y debo decir que me maravillé por la sencillez y la manera de dirigir de sofía. y me gustó, pienso, porque vi un cierto sentido de capricho y de terquedad en su trabajo. o quizás vi en ella el gesto de hacer menor algo tan confabulado con el poder (el cine) y tener éxito en ello. y, por qué no decirlo, el hecho de contar historias de mujeres, sin aburrir y sin hacer del género el gran tema. y seguramente por eso queda la sensación de que se ha visto una película mínima; una historia mínima con diálogos mínimos y con personajes mínimos también. incluso en "marie antoinette", que parece ser la de mayor fastuosidad, por tomar a un personaje histórico, es un eterno video clip, lleno de colores e imágenes que hablan solas; no se necesitan diálogos (me parece que sofía coppola prescinde de ellos esta vez) y busca el hilo de la historia a través de la fotografía, la luz y el vestuario.
en la elaboración del personaje de maría antonieta es exacta; no permite un exceso de empatía con la reina, ni tampoco compasión o lástima. maría antonieta tiene un amante; no es el mayor asunto. no hay escenas de sexo. no deja espacio a palabrerías banales, conversaciones quejumbrosas o una despedida artificial. sólo el detalle de maría antonieta regresando a versalles, subiendo la larga escalinata con la melodía de un piano como música de fondo. el viento. su figura alargada. nada más. de hecho, en el dvd que intrusié, como bonus track venían dos escenas que sofía coppola había sacado de la película; una de ellas era acerca del regreso de maria antonieta a versalles y su alejamiento del petit trianon, lo que, en el fondo, simboliza el abandono de la vida romántica y plácida cerca de la naturaleza. y digo romántica en el sentido del encuentro con la tierra, la vida nocturna, la somnolencia diaria, la languidez de los sentidos, la lectura. este alejamiento supone el regreso a una vida rígida, llena de órdenes y deberes que cumplir. la escena que sofía saca, lo hace porque decide que aparece una reina demasiado afectada con esta vuelta y lo que en ella removió su romance con el conde fersen. sin embargo, el rostro de kirsten dunst, su ahogo, lo demacrado de su cara, me pareció interesante, aun cuando tenía cierto aire trágico que quizás no valía la pena explorar.
otro gesto inquietante, que he querido llamar los no-diálogos. las imágenes que dicen y dicen y dicen, y en las que nadie habla, bellísimas. es como si cada persona en el set supiera qué momento retratar de los actores. una película sin diálogos prácticamente y la preocupación constante de elegir la canción exacta diría yo, para las partes que la necesitan. por ejemplo, cuando después de jugar a las escondidas maría antonieta es abordada por el conde fersen y comienza a sonar la canción de adam ant, mientras ella espera con ligas blancas, un abanico y una pluma en el pelo. lo interesante y, en el fondo no casual, es que la canción dice "i feel beneath the white/ there's a red skin suffering" y más adelante "and even when you're healthy/ and your colours schemes delight ... you're just shade too white/ shade too white". crítica a la belleza? a la rigidez? a la frigidez? y así con cada una de las canciones que sofía mezcla tan bien con las imágenes. es como si fuera un eterno video clip. me parece maravilloso.
me dio cierta alegría pensar que será posible seguir la carrera de sofía coppola, ya que en términos generacionales es cercana. y esto lo afirmo por un secreto: la escena en que maría antonieta corre por los pasillos al ritmo de "whatever happened" de the strokes, ese pedazo de canción, de hecho, la misma lírica, la había seleccionado para epígrafe de uno de los capítulos de mi libro "la ciudad lucía". a última hora lo saqué, porque no sé, lo encontré un poco antojadizo. sin embargo, cuando vi esa parte de la película junto al sonido de la canción, me arrepentí. algo me hubiera unido con sofía.

(elegí la fotografía, porque me gusta el contraste entre la blusa que viste sofía y el maquillaje que lleva puesto, algo oscuro, principalmente por el color de los labios y el delineado de los ojos. es como si el punctum estuviera en su boca y bajara a su blusa y viceversa. como si su atuendo nos dijera: yo mezclo lo que quiero).

lunes, 2 de julio de 2007

lo li ta


tengo la manía de dormirme con el televisor encendido. y la madrugada del lunes, volví a encontrarme con lolita. traté de verla mientras me quedaba dormida y de pronto me desperté cuando humbert humbert, como narrador en off de la película de adrian lynne, dice: señoras y señores del jurado; ni siquiera fui su primer amante. qué enternecedor y qué cruel. y esto, pienso, nos ocurre porque tenemos frente a nuestros ojos la más pura e indolente pedofilia, pero pasada por el cedazo de la literatura, de la belleza y el cuerpo pequeño, violento y a ratos masculinizado de dolores haze, la malvada lolita. o la inocente. o la perversa. o la niña. o la mujer. porque son muchos los matices que lynne, a partir de la novela de nabokov, recorre en su película. así como humbert humbert y lolita recorren américa, o como humbert en los hoteles recorre el cuerpo de lolita; y así es como recuerdo una de las tantas lecturas que escuché sobre el libro "lolita": la vieja europa devastando a la joven y bullente américa.
la imagen de dolores pintándose los labios (la fascinación por sentirse mujer) o lolita entregando sus pies para que humbert le sacara los zapatos (la adoración de la que es objeto) es perturbadora para el espectador, quien se pregunta constantemente: quién es la víctima? y quién el victimario? qué sustenta el relato de este discurso amoroso? la aberración que comete un hombre con esta niña? o la entrega de la nínfula al capricho de su amo?
son ensordecedoras, entonces, cada una de las palabras que deletrea la voz de humbert e inquietantes los gestos, la dulzura que entrega jeremy irons en la interpretación de este monstruo. porque en el libro humbert era un monstruo que drogaba y vejaba sin cesar a la tierna lolita. pero en el cine humbert humbert es el sujeto amoroso. el que sufre y se deja llevar, mientras dolores es el objeto de la fascinación y el encanto. la dualidad de la niña nínfula que se sabe bella y poderosa; pero que cuando viste jeans y una camisa a medio abrochar es simplemente lo, como describe nabokov en el inicio de su libro.
no vi la película entera. pero me dormí con la sensación de que sólo bastaron tres sílabas para atrapar y seducir: lo-li-ta.

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(elegí la fotografía, porque el punctum está en los frenillos de dolores haze y en su mirada. estos son los detalles que seguramente el director de la película vio en dominique swain: a ratos la emulación de una aterradora vampiresa de labios rojos; luego la sencillez y belleza de una niña en su cara lavada, en sus frenillos, en la sonrisa).

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domingo, 1 de julio de 2007

perversa luna de hiel


la madrugada del viernes, volví a ver la película de polanski. elegí un lugar impreciso: el límite entre el baño y mi pieza. porque pasé muchos minutos así, de pie, mirando cómo la pareja ideal entre mimí y oscar se desmoronaba lentamente. me interesó la figura de mimí más que ningún otro personaje. oscar es la típica alegoría masculina, pelotudo a más no poder, que no sabe qué le pasa, que anhela lo que no posee, como la escena en que mimí duerme en la cama y oscar mira con binoculares hacia un parís bullente de fiestas, sexo y alegría. y dice algo como: ahí estaba ella, con toda su hermosura, blabla; pero él quería eso otro, de tan fácil acceso, pero de un aura prohibida y, por lo mismo, tentadora.
el personaje de mimí y sus matices, trastorna. de bailarina con zapatillas de lona blancas, las mismas que volvemos a ver en los pasajes en los que mimí se hunde frente al imponente (e impotente) oscar, pasa luego por la amante perfecta, voluptuosa, fiel y entregada a su tiger. posteriormente, cuando dejan el espacio privado del departamento y comienzan a salir de noche, ella se siente deseada y comienza a expandir esa voluptuosidad en la pista de baile, en el gesto de mostrar su cuerpo y su feminidad. es así como oscar la observa, el deseo se desvanece y comienza el ocaso de la relación.
luego mimí, se convierte en la esclava de oscar cuando él, luego de haberla sacado de su vida, la vuelve a aceptar, pero con la pérfida condición del eterno infierno, como él dice. esto comienza cuando oscar regresa a su departamento después de una noche de juerga y encuentra a mimí durmiendo, con sus zapatillas de lona blancas, en el choapino de entrada. así, el director nos presenta a la mujer-perro, su futuro y su caída.
lo que sigue es innarrable. mimí y su cara blanca. mimí y los granos. mimí hace el aseo. mimí es humillada en una fiesta. polanski recorre todas las formas posibles de vejar a una mujer. pero luego la vuelve a posicionar, porque después del viaje sin retorno, mimí regresa con aires sadomasoquistas para hacerse cargo de oscar. así, se masculiniza y le devuelve a oscar cada humillación, pero por qué parece que es más cruel? será porque como espectadora me resultó más chocante ver a oscar en silla de ruedas, mirando como baila mimí con su galán negro? ahí es cuando mimí destruye todo lo que quedaba y se yergue como la triunfadora de la perversidad.
en el barco, el espacio donde se narra toda esta historia de amor, mimí es la figura de la histérica, la enloquecedora de hombres que finalmente no se queda con ninguno. pero es enternecedor el momento en que se celebra el año nuevo y ella con los ojos llenos de lágrimas, profundamente conmocionada saluda a oscar. es como si debajo de todo el aparataje del vestido de gala, se encontrara calzando las zapatillas de lona blanca. sólo es un segundo y luego vuelve la pescadora de hombres, que al ritmo de la canción de bryan ferry "slave to love" decide quién será su presa: la que ha decidido abordarla sin la seducción burda que muchos estilan. en ese momento es cuando comienza la tormenta, la tripulación enloquece y mimí se escabulle con su nuevo amor.
cuando terminó la película, me sentí mejor, aunque pensé que tendría pesadillas. pero no las hubo. sólo fragmentos de un sueño impreciso, donde oscar podrían haber sido tantos, donde mimí podría haber sido yo.
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(elegí la fotografía, porque me causó tanta gracia el humor terrible y negro de polanski, como la escena retratada, en que la pareja cumple el infaltable rito de ir al parque de diversiones y él dispara y da todos los tiros, ella se ríe, él gana y ella elige el osito y se alejan abrazados. luego, esa misma puntería al final de la película nos hace pensar en que los parques de diversiones son, invariablemente, lo más retorcido y truculento, ever).
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