domingo, 6 de abril de 2008

more than this


Hoy vi Lost in translation, por segunda vez. Día domingo, temprano en la mañana, programas pagados en la tv digital, completamente despierta como para seguir durmiendo. Así es que decidí verla. Entonces me empecé a aburrir. Y luego me sentí interesada, sobre todo en observar esos detalles que no vi la primera vez. Me encantó. Me sentí un poco ahí también, ese maldito cliché de verse en la pantalla. Me sobrecogí, por ejemplo, con Charlotte hablando por teléfono y diciendo: "hoy estuve en un templo budista, y ¿podrías creer que no sentí nada? Mi marido usa productos para el cabello, ni si quiera sé con quién me casé". O algo parecido. Y luego esas lágrimas que no son verdaderas lágrimas, esos sollozos que son uno solo, una sola gran carencia, una sola necesidad.

Podría decir muchas cosas, pero temo padecer de insomnio, si es que comienzo a sobrecargar a mi pobre cerebrito a estas horas de la noche. Y sólo quisiera preguntar: ¿qué le dice Bob Harris a la pequeña Charlotte, cuando se la encuentra en esa calle de Tokyo? Qué maravilloso momento con Just like honey de fondo. Qué ganas de tener ese soundtrack en mi vida, o que me digan algo que me emocione de esa manera. Sólo eso puedo escribir. Y dejo la pregunta, por si alguien quiere contestar.
***
(Quise colocar la fotografía en la que se ve Charlotte con los ojos llorosos mientras Harris le dice lo que le dice al oído. Pero me gusta más esta, sobre todo porque Mr. Harris se ve tan alto y ella tan pequeña. Me gusta Scarlett Johansson en este papel , así como también me gusta Bill Murray. Porque se siente la tensión del deseo, pero se nota que es imposible. Porque él la hace reír. Y porque de pronto me recordaban ambos a la pareja de Lolita, pero sin esa perversidad, sin esa desfachatez).